domingo, 20 de agosto de 2017

recuerdo

Invierno tardío,
desprendiéndose de sus galas,
cada vez mas cerca del centro
perfecto y único

donde ya nos despedimos del frío.

Lluvia de abalorios,
el agua ya no es un inconveniente.
las nubes nos ocultan,

nuestra sombra es demasiado radiante.

Y volver a casa,
ducharse,
ponerse el pijama,
cigarros pedidos por la calle,

los ciegos nunca entenderán
nuestros jeroglíficos.

Calor, calor,
dame calor,
beso en el ombligo,
mordisco sin color.

El cielo de plata marchita
desvaneciéndose
en haces naranjas y violetas,
juegos en el parque del poeta,

luciérnagas creando la madrugada.

De repente noche,
de repente mañana,
un portal como refugio
de delirios y palabras,

la droga y sus artimañas,

suspiros helados nos devuelven a casa
a perdernos en la selva de las sábanas.