sábado, 30 de marzo de 2019

giraygiraygira

Otra vez esta tristeza
llena de girasoles negros
que buscan el dolor;

y aunque quede luz
quieren oscuridad;
ávidos de pasado
buscan un trono sobre el que llorar,
cantar a la carne enamorada de la espada,
vomitar insectos que nunca duermen.

Siento una lluvia imparable,
un yunque gélido e imponente
a modo de corona:
¡Salve, rey de los gusanos!

y los girasoles,
aun decapitados,
siguen detrás de una luz asesina

son un error,
soy un error.

domingo, 24 de marzo de 2019

la verdad de tu cuerpo

La verdad de tu cuerpo
se me acerca en la medianoche
como un velero repleto de ángeles caídos:
alas rojas, renegadas, corazón animal
que se refleja en el mío.

El mundo es un vampiro,
por eso nos fuimos
de sus viejas lámparas
y su agitada mandíbula,
para ser dueños de nuestra sangre,

esa que te ofrezco como un sacrificio fallido,
como una flor impura para siempre
y que tú bebes y bebes;
abres tu vientre repleto de cerezos
para que vierta mi lluvia gris,
nunca es otoño dentro de ti.

Es en esos momentos
cuando el alma se vuelve luciérnaga
y en su luz compartida
reconoce su existencia,
su verdad íntima.

Queda esperanza
allí donde encuentre tu marca;
quiero gritar la verdad de tu cuerpo
como una voz que nunca se apaga.

sábado, 16 de marzo de 2019

sight

Acariciar con la mirada,
dedos de luz cabalgando
en el aire, entremezclándose
en amorosa batalla,
mordiendo o besando,
imantados sin remedio.

Sin armas y sin piel
nos acercamos,
ebrios de luz
y de pantera,
siguiendo un hilo
hecho de fuego y secreta melancolía
hasta llegar a la playa
donde descansan los caballos
y el mar se funde con el cielo.

jueves, 7 de marzo de 2019

Subsuelo

¿Qué esperanza queda para el enfermo de empatía? Tantas veces la he visto caminar en mis callejones sin nombre, sobre las crestas de las navajas y los bosques de cristales rotos, huérfanos cuya madre nunca sabremos si era una botella o un corazón. Tantas veces ha venido, tantas otras se ha ido. Yo sé (espero) que vendrá de nuevo, con la espada, la sonrisa incansable y el hambre, pero ¿y ellos? Quien probó la locura y nunca volvió, quien no puede leer versos, las sombras que despiertan con el sol, envidia de los ángeles, y que vuelven con un trozo de pan a la madriguera, los animales a los que nunca pediremos perdón. ¿Y ellos? ¿Acaso no te atreves a predicar en los barrios peligrosos, doña esperanza? El estómago vacío no conoce la esperanza, si no el miedo y la mandíbula. Nunca llueve a gusto de todos, pero no es casualidad que siempre se mojen los mismos. Hace tiempo que la pila de cadáveres en vida sobre la que comemos y soñamos no se ve. Si no es para todos, que no sea para mí tampoco: doy el toque de queda, cierro las puertas de mi ciudad a la esperanza y me cobijo en las cloacas. Tengo víveres, sombras y armas. Espero el día que pueda contraatacar .

martes, 5 de marzo de 2019

falta

Amé, perdí, amé otra vez, perdí otra vez. Mis dientes cayeron como estrellas suicidas en la aurora de San Juan, teñidas de mortífero púrpura, agarrados a una carne que jamás se despidió. Me faltan tantas cosas ahora. No estoy lo suficientemente pleno como para dispensar haces tornasolados, cual altivo emperador, ni lo suficientemente vacío como para que encuentre ese pequeño faro que nunca se apaga dentro, y resuene su engranaje en este sordo mar. Hasta la misma falta me falta.

Me ha llegado una carta de mis dientes, dice así:

"No te lo tomes a lo personal, he hecho lo que tú habrías hecho si hubieras podido. Soy esclavo del vaivén, cazador de perfumes, sueño bajo pestañas tiernas como llorar de amor, al igual que tú. Tu cuerpo ya no te pertenece, he convencido a tus ojos para que vengan conmigo. No serán los únicos. Pronto dejarás de ser. Besos. O mordiscos"

¿Qué hacer? Los entiendo, lo comparto, los envidio. Vivo en una despedida que nunca acaba.
Amé y me hice en mi interior con lo que ya estaba ahí,
perdí y perdí incluso lo que no era mío. Sutiles matemáticas las del dolor.
Solo me queda esperar. Perder el tiempo

sss

Dejo suspiros en el camino cual migas de pan para saber a que corazón volver

domingo, 3 de marzo de 2019

Uno se pregunta...

Uno se pregunta que está haciendo
entre páginas silenciosas
que nunca dan respuestas,
que solo dan más sed,
como si el lector
fuera un loco
enamorado del mar.

No sé qué decir.

Los pájaros posados en la esperanza
están muy lejos de aquí
y cuando se fueron
ignoraban el camino de vuelta.

Observo las letras,
las interrogo,
les tejo guirnaldas
que nunca me pidieron,
me ignoran,
bebo de sus tinieblas
licor y queroseno.

Bajo lámparas espero
que se junten las flores
sembradas hace tanto
entre libros de colores
grises, tristes, cansados,
y con trémula voz
envidia del piano
me digan que no estoy solo,
(corazón idealista
nunca se da por vencido)
que el horizonte sigue esperando.

viernes, 1 de marzo de 2019

al extraño localizado en la region central de mi torax parte dos

Es como si solo supieras arder. Vienes con la promesa de un jardín escondido, hogar de los racimos y las alondras, para llevarme de la mano a otra de tus causas perdidas, a otro pozo del que te has enamorado. Ya has conseguido el timón del barco, te pregunto adonde vamos; alzas la ceja y media sonrisa como una luna que sangra es tu respuesta. Allí por donde pasamos solo encuentro las cenizas de lo que fue, un aire gris irrespirable y esa mentira que siempre me creo: “No fue culpa mía, ya estaba así cuando llegué. No te preocupes, amor, que esto son los últimos ramalazos del vendaval” Pero es el vendaval lo que buscas, la agitación perpetua tu brújula, y yo, un conducto, una excusa, una carcasa a la que llevas a buscar el fin del mundo. El oxígeno se agota a nuestro alrededor, y tú detrás del viento. Detrás de una chispa que te llama.