lunes, 16 de diciembre de 2013

Otoño

Vientos que manejan las hojas,
amarillas manchas inciertas
que descienden de su trono.
Así,mi pedestal se rompe
y vuelvo a mi hogar, el fango.
Es otoño.
En mis manos cargo las ausencias,
tus dos luceros azules
su pálida piel de leche
tu zarpa de leona,
la dulce sinfonía que emitían sus labios.
Y el otoño crece,
explota,
devora con voracidad las flores,
tiñe con melancolía la ciudad,
imágenes que duelen se alzan buscando guerra de nuevo.
Mi corazón es un ruiseñor
que enjaulado trina,
a la invisible mano
que espera que le libere.
El otoño remite y mis alas no responden.
Otoño, déjame ser la brisa,
déjame ser libre,
déjame.
Cae un copo de nieve
de mi lagrimal.
Se apagan las flores,
florece el invierno

Camino

Fuimos testigos silenciosos
de nuestro lento anochecer,
el camino se bifurcó
y partimos.
Mi silencio fue mi guía,
tu indiferencia marcó tus pasos,
el corazón era nuestra brújula.
Una presta mirada de despedida.
Y un abrazo desvaneciéndose
en nuestra piel
Y un adiós,
Pero me quedan tantas cosas que decirte,
que te conviertes en mi pluma
y mi verso,
tiñes mis palabras
con tu recuerdo.
Tu vano fantasma me persigue mas
ningún tormento mío podrá imitarte.
Soy una lira que te busca,
mi musa,
mi luz,mi reina,
mi enorme inalcanzable,
Yo elegí el camino de sufrirte,
no quiero esa misericordia en tus ojos
que me hunde y me eleva,
que me prende y me congela,
no quiero tu mirada azul
con lástima sobre mis ojeras,
tan solo quiero caminar
y encontrar
tu olvido, aunque camine
hasta el fin del mundo,
aunque Dios descienda ante
un miserable como yo,
negándolo,caminaré.
Soy como un lobo sin manada,
bésame o vete.