Océanos, abismales como yo,
sin pulso, donde ya estamos muertos.
Los faros enfermos,
entre la nada y nadie
son mi excusa favorita
para no iniciar el viaje.
Allí estamos muertos,
aqui no estamos vivos.
De todas formas
poco habrá en nuestro no-funeral:
violetas, algunos desconocidos
y una infantil caracola
contando como se nos fue la vida
esperando en el puerto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario