martes, 18 de octubre de 2016

cosa que escribi en la biblioteca

Asomado a ese pozo, ese refugio
que llaman corazón,
encuentro las sombras
pero no las fuentes de luz
que las proyectan.

Manos a tientas
como bailarines ciegos
repiten su rutina de buscar llamas invisibles,
cálida canción de invierno,
mientras tú,
ignorante,
te vendas los ojos
y te crees inmerso en la oscuridad

No,
no somos los mismos lobos,
no buscamos lo mismo,
tu estepa es tu venda,
mi estepa soy yo.

Deja que fluya
la desesperación por tus venas,
esa que no se reconoce a si misma
y cree ser la esperanza,
el mesías,
mientras todos bailan
y tu ardes.

Yo bailo en brasas
mientras te abrazan,
pierdo peso
en cada beso
que das,
que te dan,
pero que arrojas al vacío,
parafernalia emocional.

Entre humo blanco
y ojos negros
reconozco mi esencia en contradicciones
y caos.

Ese que te empuja después
de sorber de tu alma.

Ese veneno que recorre mi sangre,
la que te doy de beber
de mis propias manos.

Soy la sombra y la luz,
negro y azul,
el que provoca callando
en su silencioso teatro
y solo quiere ser normal
como tú.

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