Hay una flor
escondida
entre las cuchillas
de este cuerpo.
Luchan el color
y la vida,
y es que ninguna
se pone de acuerdo
Está la canción
dormida,
acaso roto
el instrumento.
Que la razón
se mida
contra sus
propios cuervos
Y el corazón
decida
por quién morir
pese a estar muerto.
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