lunes, 28 de enero de 2019

susurros

Cuanta voz gastada,
pulida cual espada
para solo hacer ruido
sin decir nada.

Rompiendo bagatelas,
hojas, sombras, telas,
gritando y gritando
por temor a estar callado.

Tierna suena la campana
cuando el alma se abandona
de sus frágiles escamas
y se entrega, silenciosa

al íntimo culto del murmullo.
La voz deviene río,
asciende por tus surcos,
se arroja en tus oídos.

Y allí va todo aunque no lo veas,
aunque no lo oigas,
aunque no lo sientas,

guardo mi vida en el secreto de sus ondas
deseoso de susurrártelo a solas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario