Observa la resuelta trayectoria
que recorre esa solitaria estrella
entre negrura y negrura;
allí no llega voz ninguna,
ni siquiera la suya
-Eco, no tiendas tus brazos
a quien no puede verte-
La lentitud
corona sus pasos,
danza perpetua
que ignora la veleidad de los cometas;
quiere llegar más lejos;
aunque la oscuridad se cierna
como una mandíbula ciega
y el ser tiemble y se pierda
¿Un término medio,
una tercera vía
entre el ostracismo absoluto
y la disolución, por supervivencia,
entre las demás estrellas?
Es tan vasto el espacio
que toda pregunta
recibe la misma respuesta.
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