Bajo
por tu cuerpo de mil sombras
buscando todo lo que dejé allí:
la razón, perdida por los ríos
de tu sangre estival;
el alma cansada de ser alma
que quiso ser agua
silenciosa regando tu piel;
un trozo de luz
que nunca tuvo nombre
y valiente me dio la mano
cuando todo era peso,
abrazo oscuro de la gravedad
Bajé, y aquí estoy,
más vacío que ayer
salvo por estos
largos versos rotos
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