miércoles, 29 de agosto de 2018

A una foto

Has dibujado en tu quietud la sombra
en la pared que la oscuridad corona y eleva,
el mármol se deshace alrededor de tu obra:
mis dioses se mueren mientras tu cuerpo clarea.

Se derrama la luz por tu costado-cordillera
y ebrio, ofrece tus huesos en altar sagrado;
bebo en tu seno el vino de alta colmena
para poder verte con los ojos cerrados,

Que la boca sea una extensión de estos
allí donde seré enterrado en vida,
y encuentre, besando, el destello
de la corola de tu flor más divina.

Llévame más allá de esta amarga espera
de dejar de ser árbol entre bosques,
quiero ser un pez atravesando venas
unido a la corriente que lo esconde.

Pero no respondes, inmóvil fotografía.
Expuesto en papel tu naturaleza incierta
tu hígado prometeico bautiza mi lira:
sangre que no dice nada, eso es poesía,
sin pomo sin salida sin puerta...

¡A tus pies, mi reina!

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