A veces el pecho suena
cansado, cantando solo
azules historias, llenas
de luces de espejos rotos.
A veces queda tan poco
que arder, sin sol y sin pena
parece la respuesta a todo,
a esa pregunta no hecha:
"¿Por qué?" que triste resuena
en lo hondo de un pozo.
Callada ríe la respuesta,
ya se ha dicho todo.
A veces me duele, a veces
no, y entonces me pregunto
adonde se esconde este,
si sigue en mi interior.
A veces son tantas veces
que se pierde la primera vez
entre olores de cadáveres
que se amaron una vez.
Y otra vez,
y otra vez,
joder.
Quizás esto es lo que somos
y no haya nada que hacer.
O quizás no,
quizás doliendo
saluda el corazón
y abre la puerta
a otra voz.
Florece la herida
como un girasol.
A veces me lo creo,
a veces no.
No hay comentarios:
Publicar un comentario